El cónsul de Holanda, José Enrique Gutiérrez López, intenta rescatar a Pablo Rivas de las agresiones emprendidas por grupos de choque contra los opositores al "paso deprimido" en la "Glorieta de la Paz" en Montejo
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En un acto de represión pocas veces visto en la historia de Yucatán, grupos de choque contratados por el gobierno, apoyados por policías vestidos de civil, tiñeron ayer de sangre a Mérida al golpear salvajemente a decenas de manifestantes que se oponen a la construcción del "paso deprimido" en la glorieta de la Prolongación de Montejo.
Testigos de los hechos señalaron que la saña y la crueldad con que actuaron los sujetos no tuvieron límites, pues atacaron por igual a mujeres, jóvenes y personas de la tercera edad, dejando decenas de heridos en la "glorieta de la Paz". Entre los agredidos estuvo el cónsul honorario de Holanda en Mérida, José Enrique Gutiérrez López, quien estuvo al borde de la muerte.
Fueron más de 15 horas de tensa manifestación, con una serie de conatos de bronca y enfrentamientos que derivaron en la salvaje golpiza, sin que interviniera la policía.
La Coparmex y la Canacome condenaron la "brutal agresión", censuraron que las autoridades expidieran una "licencia para golpear" a sus grupos de choque y exigieron que se persiga y castigue a los golpeadores, entre los que había incluso mujeres.
No obstante las fotos y vídeos de los hechos, la alcaldesa Angélica Araujo negó una y otra vez que hayan ocurrido. Culpó al PAN de incitar a la violencia. La jornada, con repercusión nacional, concluyó con una protesta de más de 1,200 personas en el monumento a la Patria.
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